El lenguaje como herramienta para vivir en armonía con la naturaleza
Elicura Chihuailaf (Quechurewe, 1952), estudio Obstetricia en la Universidad de Concepción y ha publicado diversos libros de poesía mapuche y ha desarrollado una labor inconmensurable difundiendo la cosmovisión de su pueblo en Chile y en el extranjero. Ha recibido el premio “Mejores obras literarias” que otorga el Consejo Nacional del Libro y la Lectura, además del “Municipal de Santiago”. Entre sus obras más importantes cuenta: “El invierno y su imagen”, “En el país de la memoria” y “A orillas de un sueño azul”.
En un conversatorio que se extendió por casi dos horas en la biblioteca municipal, Elicura Chihuailaf, con una sensatez y sencillez no muy común en estos tiempos, nos mostró parte de la cosmogonía mapuche. Ésta se funda principalmente, sobre el respeto con la naturaleza, reconociéndola como madre, y como objeto de contemplación. Nos insta, cuando tengamos la oportunidad de cruzar rutas alejadas del mundanal, a reconocer los sonidos de la naturaleza, donde se esconden mensajes interpretables: los pájaros, el torrente de los ríos, los chasquidos de los árboles, el zumbido de los insectos, contemplar el azul del oriente, antes del alba, con el fin de vivir una espiritualidad con el hábitat, que nos permitirá vivir en armonía.
El diálogo y el respeto a la diversidad son, según el poeta, herramientas de transformación del ideal de chilenidad, huérfano por un lado, por rehuir el componente nativo y superficial por alimentarse del discurso oficial. El autor de “Recado confidencial a los chilenos” agradeció la osadía de la Dibam por generar un conversatorio sobre cosmogonía mapuche, que se sale, según él, de los lineamientos del gobierno de turno. Por tanto, otro punto importante dentro del discurso de Elicura es la cuestión social que deriva de la relación del pueblo mapuche con el Estado. Nos hace ver que la carga negativa de la denominación que han hecho los medios de comunicación de la cultura oficial, tratando el fenómeno como “Conflicto o problema mapuche”, afectan en la percepción que los chilenos se forman del tema, haciendo un descarnado análisis de los procedimientos de los grupos de poder, que de paso, día a día avasallan con los recursos naturales de los que se han adueñado con la complicidad del Estado chileno. En la oportunidad el poeta Moisés Castillo, que vive en la precordillera, reconoció la escasez de agua y reducción del bosque nativo en su sector, aduciendo que es responsabilidad de las forestales instaladas en los alrededores.
Volviendo al tema de la diversidad, Elicura Chihuailaf, hizo una hermosa reflexión narrada por sus ancestros, donde el mundo era concebido como un jardín lleno de flores de diversa naturaleza, de distintos colores, texturas y aromas. Cuando una de esas flores muere, muere una parte de nosotros y justamente la belleza de ese jardín radica en esa diversidad ¿Qué sería de un jardín sólo con flores azules? (el azul es el color donde radica la espiritualidad del mapuche). Otra cosa que se desprende de la reflexión anterior es que, según el autor, nadie elige donde nacer, ni tampoco el color, haciendo énfasis en la importancia de conocernos, a través de este tipo de instancias, donde se propicia una mutación de esa chilenidad negativa, convirtiéndola en una chilenidad profunda, ligada al amor y que sienta sus bases en la expresión del pueblo.
En la actividad, en la que participó un público transversal, la concurrencia reconoció que la causa mapuche ha sido silenciada incluso en las salas de clases, por tanto, la instalación en la organización escolar de esta discusión se vuelve una necesidad imperiosa, en pos de la construcción de una identidad chilena, sin sesgos, plural y que reconozca ese elemento nativo tan importante para preservar el bien común de los habitantes de esta angosta y larga faja de tierra.