IMPACTO DEL DEPORTE Y LA ACTIVIDAD FÍSICA

 

En el mundo la inactividad física o sedentarismo tiene una alta prevalencia siendo el factor de riesgo de enfermedad más elevado entre la población mundial, se estima por ejemplo que el 85,73% de individuos con deficiencia cardiovascular presenta el factor de inactividad física, este mismo estudio reportó un 78% de inactividad física en Latinoamérica.  (Yusuf et al 2004). En Chile, el sedentarismo es prácticamente la regla en la población, siendo bajo el porcentaje de aquellos que realizan vida física activa. La Encuesta Nacional de Salud en el año 2009-2010 reporta una prevalencia de sedentarismo total de 84 %, siendo de 92,9% para mujeres y de 87,9% para hombres.

Esta conducta en la población no sólo atenta contra nuestra calidad de vida, provocando la aparición de enfermedades, sino que además, tiene un alto costo económico para el país. Un 20% del presupuesto destinado a los organismos y entidades relacionadas a la salud, podría ser evitado si se lograra cambiar esta situación, con programas y proyectos que favorezcan el desarrollo de dichas actividades.

Existe evidencia importante que sugiere que la práctica de una actividad física puede mejorar las funciones cognitivas y propiciar un mejor bienestar en personas que padecen de alguna enfermedad mental, como es el caso de un trastorno de ansiedad, depresión o estrés. También se han determinado los beneficios que puede tener sobre el rendimiento académico de niños en la escuela (Hanneford, 1995).

En los siguientes títulos se identificará el impacto que tiene la práctica de actividad física en diversos ámbitos de nuestra vida como la salud, la cognición, valores sociales y el rendimiento académico.

SALUD Y ACTIVIDAD FÍSICA

 

La actividad física ocupacional y del tiempo libre, se asocia a reducciones en los síntomas de la depresión y posiblemente de la ansiedad y la tensión (Almagiá, 2014). Además, lo niveles más altos de actividad física se han asociado a pocos o escasos síntomas de depresión (Stephens, 1988).

La actividad física puede también tener otras ventajas psicológicas y sociales que afecten la salud. Por ejemplo, la participación de personas en un deporte o en un ejercicio físico, ayuda a construir una autoestima más sólida según el estudio hecho por García, Marín & Bohórquez en 2012.

Por último se verifica que la práctica de actividad física es un elemento protector para la aparición de trastornos de personalidad, estrés laboral o académico, ansiedad social, falta de habilidades sociales, disminución del impacto laboral, social y familiar del estrés postraumático.

ACTIVIDAD FÍSICA Y PROCESOS COGNITIVOS

 

Desde hace bastante tiempo se presumía que la actividad física podría tener relación con una mejoría de los procesos cognitivos que tienen su origen en el cerebro, pero gracias a una serie de estudios desarrollados en los Estados Unidos, esta suposición termino siendo comprobada, los resultados mostraron que a mayor actividad aeróbica (trote o caminata continua, bicicleta, etc), menor degeneración neuronal.

A pesar de no ser la primera investigación que se hacía en ese sentido, los resultados arrojaron información que presentaba a la actividad física como una aliada de los procesos cerebrales.

Otros estudios han demostrado que algunos procesos y habilidades cognitivas cerebrales en las personas mayores, eran mejores en las personas que practicaban una actividad física que en aquellas que no lo hacían.

En 2002 investigadores japoneses (BrainWork, 2002) realizaron un estudio con jóvenes adultos sedentarios, a los cuales se les aplicó un protocolo de evaluación cognitiva, antes de someterlos a un programa de entrenamiento físico. Los resultados mostraron mejor rendimiento en las pruebas que fueron aplicadas después del programa de entrenamiento físico. Las mejoras fueron básicamente en atención, auto-control y memoria de trabajo.

VALORES SOCIALES Y PERSONALES MÁS PROPICIOS DE ALCANZAR A TRAVÉS DE LA ACTIVIDAD FÍSICA Y EL DEPORTE

 

A partir de los resultados obtenidos por las investigaciones realizadas por Gutiérrez (1995), se concluyen que los valores más propicios de alcanzar a través de la actividad física y el deporte son los siguientes:

Valores sociales: participación de todos, respeto a los demás, cooperación, relación social, amistad, pertenencia a un grupo, competitividad, trabajo en equipo, expresión de sentimientos, responsabilidad social, convivencia, lucha por la igualdad, compañerismo, justicia, preocupación por los demás, cohesión de grupo.

Valores personales: Habilidad (forma física y mental), creatividad, diversión, reto personal, autodisciplina, autoconocimiento, mantenimiento o mejora de la salud, logro (éxito-triunfo), recompensas, aventura y riesgo, deportividad y juego limpio (honestidad), espíritu de sacrificio, perseverancia, autodominio, reconocimiento y respeto (imagen social), participación lúdica, humildad, obediencia, autorrealización, autoexpresión, imparcialidad.

RENDIMIENTO ESCOLAR Y ACTIVIDAD FÍSICA

Se ha encontrado una relación positiva entre la práctica de la actividad física y el rendimiento académico en varios estudios realizados por el departamento de educación del estado de California en los EE.UU (Linder, 2002) que apoyan la idea de que el dedicar un tiempo considerable al ejercicio físico en las escuelas, puede traer beneficios en el rendimiento académico de los niños, e incluso sugieren que existen beneficios, de otro tipo, comparados con los niños que no practican deporte.

Mitchell (1994) realizó un estudio para investigar la relación entre la capacidad rítmica y el rendimiento académico en los primeros grados. Los resultados apoyaron una relación entre los logros académicos y las habilidades motoras de mantener un golpeteo constante. También son respaldados por Geron (1996), quien divulga en sus discusiones que la sincronización de los niños se encuentra relacionada positivamente con los logros en la escuela, específicamente en las matemáticas y la lectura.

Los jóvenes que practican actividad física adicional a la contemplada en los programas de formación en las escuelas tienden a mostrar mejores cualidades como un mejor funcionamiento del cerebro; en términos cognitivos, niveles más altos de concentración de energía, cambios en el cuerpo que mejoran la autoestima, y un mejor comportamiento que incide sobre los procesos de aprendizaje (Cocke, 2002).

CONCLUSIÓN

Queda de manifiesto que existe evidencia de tipo teórica que nos indica que el ejercicio físico tiene una fuerte influencia sobre los factores de salud, cognición, valores sociales y el rendimiento académico. Ámbitos fundamentales en nuestra vida y quehacer diario, estas evidencian demuestran precisamente mejoras en los estados emocionales como ansiedad y depresión, disminución del estrés, mejoras de las capacidades intelectuales y cognitivas, apoyados en cambios funcionales a partir de la práctica de actividad física y deporte. Esto implica que la actividad deportiva puede considerarse un elemento central y fundamental en los programas de promoción de la salud para la población en general.

La invitación ahora es a moverte, a dejar de lado la silla, y comenzar a ejercitarte para mejorar diversas áreas de tu vida y por sobre todo preservar y mejorar tu salud, con el tiempo notaras los cambios y experimentaras una sensación de bienestar, bajo esta manifestación hay un sin fin de procesos fisiológicos que explican esa respuesta y que se han puesto de manifiesto anteriormente.

Ahora te toca a ti ¿Qué esperas?

Víctor Moreira Sepúlveda

Profesor de Educación Física

Liceo Bicentenario Valentín Letelier Madariaga

 

BIBLIOGRAFÍA:

 

Almagiá, E. B. (2014). Apoyo social, estrés y salud. Psicología y salud14(2), 237-243.

BrainWork. (2002). The Neuroscience Newsletter, 12. Central Florida Department of Exceptional and Physical Education.

Cocke, A. (2002). Brain May Also Pump up from Workout.

Disponible en: http://www.neurosurgery.medsch.ucla.edu/whastnew/societyforneuroscience.htm

 

García, A. J., Marín, M., & Bohórquez, M. R. (2012). Autoestima como variable psicosocial predictora de la actividad física en personas mayores. Revista de Psicología del Deporte21(1), 195-200.

Geron, E. (1996). Intelligence of Child and Adolescent Participants in Sports. In The Child and Adolescent Athlete (Vol. 6). Oxford: Blackwell Science Ltd.

 

Gutiérrez, S. (1995). Valores sociales y deporte. Madrid: Editorial Gymnos.

 

Hanneford, C. (1995). Smart Moves: Why Learning is Not All in Your Head. Great Oceans Publishing.

 

Linder, K. (2002). The Physical Activity Participation– Academic Performance Relationship Revisited: Perceived and Actual Performance and the Effect of Banding (Academic Tracking). Pediatric Exercise Science, 14, 155- 170.

 

Ministerio de Salud de Chile. Resultados I Encuesta de Salud, Chile 2009-2010. Disponible en http://web.minsal.cl/portal/url/item/bcb03d7bc28b64dfe040010165012d23.pdf

 

Mitchell, D. (1994). The relationship between rhythmic competency and academic performance in first grade children. Doctoral Dissertation. Orlando, FL: University of

Ramírez, W., Vinaccia, S., & Suárez, G. R. (2004). El impacto de la actividad física y el deporte sobre la salud, la cognición, la socialización y el rendimiento académico: una revisión teórica. Revista de estudios sociales, (18), 67-75.

 

Stephens, T. (1988). Physical activity and mental health in the United States and Canada: evidence from four population surveys. Preventive Medicine 17,1, 35-47.

 

Yusuf S, Hawken S, Ounpuu S, Dans T, Avezum A, Lanas F, et al. Effect of potentially modifable risk factors associated with myocardial infarction in 52 countries (the INTERHEART study): case-control study. Lancet 2004; 364: 937-52.